Cada vez que planificamos nuestras esperadas vacaciones en familia se nos vienen a la mente esos largos y tediosos viajes en auto y la infaltable pregunta de ¿cuánto falta? Una y mil veces. A pesar de ser una pregunta inevitable (la ilusión de conocer o reencontrarse con espacios asociados a buenos recuerdos, la faltade claridad en los tiempos y las expectativas sobre estos días, hacen crecer la ansiedad por llegar), podemos hacer de este tiempo dentro del auto (o tren, bus, avión) una experiencia también digna de recordarse. Es verdad que hoy en día la tecnología ayuda a hacer más fáciles los traslados (DVD, smartphones, juegos de video, etc), pero muchas veces éstos saturan a los niños (y a los adultos) o no son un gran aporte para ellos. Jugar en familia, reírse juntos, aprender a respetar el turno en el juego o, aprender a ganar o perder, puede ser un tremendo plus.
Las vacaciones pueden comenzar antes si nos preparamos junto con los niños para este viaje. Preparar el infaltable picnic con los niños puede ser un momento muy grato ya que podrán hacer un aporte para esta nueva aventura de la familia.
Los invitamos a rescatar juegos simples o conversaciones cotidianas que pueden transformarse en el sello de las salidas en familia.
Es importante siempre dar espacio a la conversación relajada y espontánea, desde que los niños son muy pequeños uno puede ir haciendo comentarios acerca de lo que ve, incluyendo categorías que ayuden a los niños a ampliar su vocabulario (no es lo mismo decir: “mira eso” que decir” mira ese edificio alto y blanco”, esto último ayuda a los niños a incorporar nociones de tamaño, color).
Observar a las personas que están alrededor e inventar una historia de vida es un ejercicio de imaginación y empatía muy enriquecedor: “ese sr. que está esperando el bus en el paradero…¿por qué estará así? ¿Quién lo espera? ¿está enojado? … o cómo se llamará esa persona? ¿Con quién vive? ¿Qué te hace pensar eso? ….son preguntas e historias inventadas que abren un mundo a la imaginación de los niños.
Los juegos de repetición ayudan a los niños (y adultos) a ejercitar la memoria. Se pueden inventar innumerables versiones de éstos, complejizándolos a medida que los niños crecen … La idea es que el primero parte diciendo una palabra u oración: “este era un castillo”, el segundo continúa: “este era un castillo lleno de personas...” y así continuamos “este era un castillo lleno de personas muy muy pequeñas que…”. Es impresionante ver la imaginación sin límite que pueden tener los niños y lo divertido que resulta intentar recordar todos los detalles absurdos que van saliendo.
Para niños muy pequeños puede ser muy provechoso y entretenido hacer juegos del mundo al revés, intentar mantener una conversación diciendo solamente cosas opuestas a la realidad : “este es el mundo al revés donde los niños manejan y los papás duermen en el asiento de atrás” “este es el mundo al revés donde vamos en un auto lento al norte”, los niños van inventando cosas insólitas, dando rienda suelta a su imaginación, al mismo tiempo que vamos conociendo más de sus gustos e intereses, los que se pueden “leer” en el mundo al revés….
A los niños más pequeños les encantará jugar a los apuestos: “si yo digo alto tú dices…” “si yo digo flaco, tú dices...”, ellos podrán inventar categorías y propuestas, ampliando su vocabulario y desarrollando lenguaje matemático básico.
Un poco más grandes (6-8 años), les encantará el desafío mental de hacer sumas y restas (aplicable a más grandes con multiplicaciones): “8+2+4+2-5+3=…”, no se darán ni cuenta y junto con ir pasando el tiempo estarán practicando las matemáticas.
Jugar a las diferentes categorías de “ha llegado un barco cargado de…….” Ayuda a los niños a categorizar, dando a cada concepto la ubicación que le corresponde. Parte un adulto (después se les da la opción de aportar ellos) “Ha llegado un barco cargado de…… (Frutas, verduras, cosas de cocina, lugares de la casa, objetos que comienzan con A…….etc., infinitas categorías).
El clásico “conteo” de autos de color es un juego de viaje digno de rescatar “quién cuenta más autos rojos/verdes/azules en el camino.
Jugar al “veo veo” con diferente grado de dificultad: “veo- veo un objeto que está arriba, sirve para iluminar el auto cuando está a oscuras…..” o “veo -veo a una persona de esta familia que le gustan los tallarines, no le gusta guardar sus zapatos….” . Este tipo de juegos ayuda no sólo a desarrollar la capacidad de inferir y adivinar (descubrir a partir de pistas) sino que también nos sirven para descubrir lo que cada miembro piensa de los otros o cómo nos ven nuestros hijos. La versión ampliada de este juego puede ser el pienso-pienso”, usable en caso de categorías de cosas que no veamos en ese momento pero que son familiares a los niños.
Como ven, las posibilidades son inmensas y no tenemos que desesperar al visualizar las próximas vacaciones, más bien hay que verlas como una oportunidad de comenzar antes a disfrutar en familia. Sin olvidar jamás las paradas al baño y a “estirar las piernas” aunque no hayamos salido de nuestro barrio y ya no quede nada de picnic.
Marcela Valdivia Carretero
Educadora Párvulos PUC
Magister en Educación
Investigadora área Familia y Relaciones Humanas
Ex profesora Facultad educación PUC
Directora Jardín Infantil Andalué
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