Ya cumplimos un año viviendo con la pandemia y crece en nosotros la eterna incertidumbre de “¿hasta cuándo va a durar esto?”.
Sigue siendo difícil para todos el tener que volver a encerrarnos para abrirles las puertas de tu hogar a la oficina, al colegio, a los compañeros de pega y del jardín.
Es normal y esperable que los niños te interrumpan y quieran de tu atención y compañía durante todo el día mientras trabajas, con preguntas como: “¿cuándo vas a terminar?, “¡ya po, quiero jugar contigo!” o “estoy aburrido/a”.
Los niños/as no siempre saben cómo expresar sus emociones y necesidades, las suelen expresar de forma no verbal, es decir, a través de su cuerpo y comportamiento: se muestran más sensibles, más demandantes, con menos tolerancia a la frustración, tiran objetos, se golpean o golpean a otros, aumenta o disminuye su apetito, se oponen a realizar lo que le pides o retroceden en hitos del desarrollo (hacerse pipí, chuparse el dedo, morder a los demás, pedir que duermas con ellos, que le des la comida en la boca, etc.).
No temas si aparecen estas señales, estamos en una situación de crisis, llena de incertidumbre, lo cual genera ansiedad y estrés. Por lo tanto, no es hora de retarlos, castigarlos o juzgarlos por retroceder en algo que antes lograban hacer de forma autónoma.
Frente a estas situaciones y/o emociones desagradables que expresen tus hijos (pataletas/rabietas), te invito a:
Tu hijo/a está en proceso de desarrollo, a nivel cerebral aún no sabe cómo autorregularse y expresar sus emociones de manera asertiva. Necesita que lo acompañes y le brindes herramientas de cómo hacerlo, eres su gran ejemplo a seguir.
Constanza Escobar H.
Psicologa infantil y Coach Familiar.
Crianza respetuosa
@psicóloga.constanzaescobar
Los comentarios se aprobarán antes de mostrarse.