El verano es la estación preferida por casi todo el mundo, los días se hacen largos, no hay presión de levantar temprano a los niños, hay frutas coloridas y del gusto de todos, ¡casi perfecto! Excepto cuando empezamos a escuchar desde temprano los infaltables “estoy aburrido” que muchas veces terminan con gran cantidad de comida chatarra o salidas al mall pagando por entretenciones “in door” que no aportan mucho a los niños y vacían nuestras billeteras.
Lo que los papás no consideramos, muchas veces, es que tenemos infinitas posibilidades de entretención sin movernos de nuestras casas y que serán una tremenda experiencia para nuestros niños con materiales muy “veraniegos”: el agua y la arena
Ambas son tremendamente atractivas para los niños y proveen de millones de posibilidades de aprendizaje para ellos con la sola oportunidad de explorarlos. Dependiendo de la edad de los niños los focos pueden estar en diferentes cosas:
Los niños muy pequeños (menores de 18 meses) disfrutan profundamente con la sola exploración y descubrimiento de causa efecto, mientras que los más grande podrán ir comprendiendo conceptos: poner baldes, fuentes, tinas plásticas o cualquier recipiente con agua y diversos juguetes –materiales (cucharas, espumaderas, cubos de madera, esponjas, pedazos de tela, etc) para que descubran “¿qué pasa si?” constituye una experiencia enriquecedora en si misma. La diversidad de objetos le dará a los niños la posibilidad de descubrir que unos flotan y otros no (física inicial), que por unos se filtra el agua (si tienen hoyitos), que otros la “guardan dentro, etc.
Lavar juguetes o ropa pequeña (de las muñecas o su propia ropa por ejemplo calcetines) puede ser una experiencia muy entretenida además de una estupenda oportunidad para comenzar a formar niños colaboradores y preocupados de sus responsabilidades. No importan si no quedan tan limpios pero la satisfacción de haberlo hecho sin ayuda es grande, con un gran beneficio a su autoestima (y maravillosa costumbre hacerse cargo de sus responsabilidades)
Trasvasijar suele ser una experiencia que entretiene mucho a los niños y muy positiva para mejorar su coordinación viso motora, servir jugo, dejarlos hacer “agüitas de hierbas” (frías) con hojas de cedrón o menta y compartirla con sus familias, pasar de un vaso chico lleno a un vaso grande ¿qué pasa? ¿hay menos? ¿Cuántos vasos de estos caben en este? Son preguntas que ayudan al pensamiento matemático futuro.
Hacer experimentos con agua y colorantes (vegetales o témperas), mezclando colores, explorando qué sucede puede ser la base de un pensamiento divergente al ayudar al niño a plantear hipótesis ¿qué crees que pasará? Y, sobre todo, dejar que compruebe.
Junto con el agua, la arena es un material noble en cantidad de aprendizajes que favorece. Sólo hay que usar la imaginación y ofrecer a los niños diversos objetos, fuentes, coladores, vasos plásticos, contenedores, etc que ayuden a trasvasijar, moldear, manipular.
El rol del adulto debe ser atento (sobre todo cuando hay agua por riesgo de asfixia u objetos pequeños) pero libre, es importante no estar todo el día normando: si se moja un poco o se ensucia…se lava!!!. No olvidemos que los niños están jugando y nosotros con ellos. Dejarse llevar con la imaginación de los niños, disfrutar con cosas simples, acompañarse y dar espacio a la risa y complicidad es lo mejor de esta época….a Disfrutar!
Marcela Valdivia Carretero
Educadora Párvulos PUC
Magister en Educación
Investigadora área Familia y Relaciones Humanas
Ex profesora Facultad educación PUC
Directora Jardín Infantil Andalué
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