Ir por primera vez al jardín infantil implica un proceso de adaptación tanto para el niño como para los padres: Por un lado, no es fácil confiar en personas ajenas a nuestro entorno familiar para que se hagan cargo, lejos de nuestra vista, de lo más preciado que tenemos. Por el otro, debemos lograr que los niños, que muchas veces no se han separado nunca de sus adultos significativos, confíen y “quieran” a un montón de señoras que nunca han visto. Esto es una tremenda inconsistencia frente a los niños, especialmente porque nos hemos pasado gran parte de su vida cautelando que no hablen ni se vayan con desconocidos y, de un día para otro, sí lo hagan. Estos son elementos que debemos considerar en el proceso de adaptación de las familias al jardín.
- al elegir un jardín infantil busca intensamente hasta encontrar uno que te haga sentir cómodo, ojalá que permitan entrar y preguntar y donde los adultos se sientan acogidos en sus inquietudes.
- una vez elegido el jardín, lleva al futuro alumno a pasear, recorrer, conocer los espacios físicos, esto ayuda a segurizar frente a lo que viene.
- es importante acompañarlos en primera instancia, que la separación sea tranquila y paulatina pero la experiencia demuestra que aunque los padres (o adultos significativos) se queden un mes el niño igual tendrá pena al despedirse.
- Es muy extraño que un niño le pida a sus padres que se vayan, la decisión de salir del jardín debe ser de los adultos y es importante despedirse y salir (aunque se queden cerca), porque si uno se despide y devuelve inmediatamente frente al llanto no le damos la oportunidad de generar vínculo con los nuevos adultos
- Es importante no transformar la entrada al jardín en El gran tema de la casa, si todo gira en torno a esto, el niño percibe que es algo muy importante y puede generar más ansiedad. Preguntarles cómo lo pasaron una sola vez cuando salen y no volver a hacerlo durante el resto del día sino que hacer vida normal.
- La confianza con los nuevos adultos es una construcción paulatina, hay que darle tiempo y oportunidades para que suceda, si estamos siempre encima de los niños no dejaremos que ellos se relacionen con nadie más que nosotros mismos y le entregaremos un mundo muy reducido.
- Es importante estar atentos a los cambios que se produzcan en los niños, a la percepción o sensación que los padres tenemos acerca de lo que está pasando en el jardín (cuanto nos cuentan acerca de su comportamiento, si permiten “puertas abiertas”, si las educadoras son calificadas, etc)
Finalmente, lo importante es acompañar a nuestros niños en este proceso que será el primero de muchos en su apertura al mundo y que debemos intentar enfrentar dándoles un ejemplo de tranquilidad, disfrutándolo y no sufriéndolo porque, definitivamente, ellos perciben nuestros sentimientos y actúan en consecuencia.
Marcela Valdivia Carretero
Educadora Párvulos PUC
Magister en Educación
Investigadora área Familia y Relaciones Humanas
Ex profesora Facultad educación PUC
Directora Jardín Infantil Andalué
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